La obra usa el contexto de la feria de arte para presentar un “espacio” de arte nuevo, que consiste en los cuerpos de tres mujeres. Ellas llevan trajes blancos, simulando muros de exhibición. La artista (yo) actúa como galerista-artista, presentando su espacio nuevo. Las performanceras siguen la galerista-artista por las ferias, y ya que pide ella, se colocan en una de tres formaciones (muro, cubo y línea) mientras ella platica con los interesados. Funciona en niveles múltiples, así que usa una lógica pirata para entrar en un espacio de exclusividad económico y cultural para exponentes. Pasan las performanceras a este espacio sin cuestionamiento, así que lee el proyecto simplemente como un vestuario. Intrínsecamente cuestiona el papel de vestuario, así que en la acción de pasar no lea como obra en términos de objeto de arte. Originalmente había contemplado colocar objetos encima de los vestuario, como una instalación, para iluminar cómo el vestuario se puede volver objeto de arte. Decidí dejar la obra tal como el vestuario, y llevar la gente a visualizar la idea por plática del encuentro. Como un espacio es móvil y portátil, y literalmente sigue a la artista dónde va, formando una metáfora de la importancia del espacio independiente, el fundamento al mito del artista contemporáneo de la Ciudad de México. Se complica por ser un espacio literalmente encima de la mujer, y en las platicas con los visitantes a la feria les expliqué que tal espacio está abierta a las propuestas de artistas mujeres. La pieza busca abordar cuestiones de: la relación entre el vestuario y la escultura (aquí como la decisión de no trabajar con objeto sino escultura performática); y prácticas de enmascaramiento en el arte contemporáneo.
Your Space is my Space
(2017)